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Mostrando entradas de 2016

El criminal - Albert Libertad (1906)

           El Criminal Tú eres el criminal, Oh Pueblo, puesto que tú eres el Soberano. Eres, bien es cierto, el criminal inconsciente e ingenuo. Votas y no ves que eres tu propia víctima. Sin embargo, ¿no has experimentado lo suficiente que los diputados, que prometen defenderte, como todos los gobiernos del mundo presente y pasado, son mentirosos e impotentes? ¡Lo sabes y te quejas! ¡Lo sabes y los eliges! Los gobernantes, sean quienes sean, trabajaron, trabajan y trabajarán por sus intereses, por los de su casta y por los de sus camarillas. ¿Dónde y cómo podría ser de otro modo? Los gobernados son subalternos y explotados; ¿conoces alguno que no lo sea? Mientras no comprendas que sólo de ti depende producir y vivir a tu antojo, mientras soportes –por temor- y tú mismo fabriques –por creer en la autoridad necesaria- a jefes y directores, sábelo bien, también tus delegados y amos vivirán de tu trabajo y tu necedad. ¡Te quejas de todo! ¿Pero no eres tú el causante de las mi

Ideas y propaganda anarquista: de Rusia al Oriente; en África, Australia y en la América latina - Max Nettlau (1935)

Extracto del libro  La anarquía a través de los tiempos La última fase de la actividad de Bakunin referente a Rusia, sus relaciones con la juventud rusa en Zurich en 1872 y su libro Estatismo y anarquía con su apéndice sobre la propaganda y los métodos de acción en Rusia (Ios revolucionarios inspirando - como una Alianza en una Internacional - las agitaciones y las rebeliones de los campesinos) - esos argumentos y consejos habían inspirado mucho a los jóvenes revolucionarios de Rusia, que entonces han  ido al pueblo  con un ímpetu y una abnegación que se han vuelto legendarios. Pero la ferocidad de la persecución empujó al terrorismo primeramente agrario y contra los funcionarios, después dirigido en concentración cada vez más acentuada desde 1879 a 1881 contra el zar Alejandro II, que fue muerto. La propaganda libertaria, anarquista hecha por antiguos camaradas de Bakunin en Ginebra, año 1873 a 1879, en último lugar por la revista Obschtchina (La Comuna) , de 1878 - 79, cedió

Misterio y jerarquía. Sobre lo inasimilable del Anarquismo - CHRISTIAN FERRER

MISTERIO Y JERARQUÍA. SOBRE LO INASIMILABLE DEL ANARQUISMO. UNO En cada ciudad del mundo, por más pequeña que sea, hay al menos una persona que se reclama  anarquista. Esta solitaria e insólita presencia debe ocultar un significado que trasciende el orden de la política, del mismo modo en que la dispersión triunfante de las semillas no se resume en mera lucha por la supervivencia de un linaje botánico. Quizá la evolución “anímica” de las especies políticas se corresponda con la sabiduría del asperjamiento seminal en la naturaleza. De igual manera, las ideas anarquistas nunca se orientaron según los métodos intensivos de la “plantación” ideológico-partidaria: se desperdigaron siguiéndolas ondulaciones inorgánicas de la hierba plebeya. Una doctrina construida a mediados del siglo XIX logró extenderse a partir de una base bastante endeble, no más que un puñado de personas implantadas en Suiza, Italia y España, hasta llegar a ser conocida en casi todo lugar habitado de la tierra

A la conquista de la felicidad - ALBERT LIBERTAD (1906)

A LA CONQUISTA DE LA FELICIDAD Jueves 25 de octubre de 1906, Le anarchie N81 Todos los hombres, no importa en qué rincón de la tierra hayan nacido, bajo qué clima, o con qué religión los hayan marcado a su llegada, todos los hombres corren en pos de la felicidad; desean con cada una de sus células conquistar la felicidad. Con este propósito, siguen vías, caminos bien diferentes, pero todos tienden hacía el mismo fin, hacia el mismo punto, y, a menudo, tras haber errado lejos los unos de los otros, terminan por encontrarse con las manos y los espíritus tensados por los mismos deseos. A la conquista de la felicidad. Con vistas a ella, nuestros padres y madres nos preparan, nos fortifican, desde temprana edad. ¡Cuántos medios, cuántos métodos, cuántos sistemas! Y la felicidad huye lejos de los hombres, siempre inaprensible, siempre fugaz. Creemos tenerla y no es más que una sombra lo que estrechamos entre los brazos. A la conquista de la felicidad iba el misionero atr